COLECCIÓN DOCUMENTADA DE MATERIAL POLÍTICO SOBRE EL CARLISMO - PROPIEDAD DE FERNANDO HUALDE (Apartado de Correos 225 - 31080 Pamplona)

¡¡ATENCIÓN!! ESTE NO ES UN BLOG SOBRE CARLISMO, SINO QUE ES UN BLOG SOBRE MATERIAL POLÍTICO DE QUIENES SE AUTODENOMINAN CARLISTAS

COLECCIÓN DE CALENDARIOS CARLISTAS DE BOLSILLO

COLECCIÓN DE FERNANDO HUALDE


Salvo contadísimas excepciones podríamos decir que los calendarios de bolsillo, tal y como hoy los conocemos, surgen en los años cuarenta del siglo XX. Con anterioridad a esta década, las cinco o seis décadas anteriores aproximadamente, lo que se estilaba eran pequeños calendarios en formato díptico. Y si continuásemos remontando hacia atrás en el tiempo podríamos llegar hasta los años treinta del siglo XIX, que es cuando se empiezan a editar hojas de papel, impresas por las dos caras, en donde salían los 365 días del año con el santoral correspondiente.

Así pues, la casualidad quiso que los calendarios de bolsillo y el carlismo fuesen contemporáneos en lo que a sus orígenes se refieren. Como se ve, ambos han vivido sus transformaciones y cambios.



Salvo sorpresa, los primeros calendarios que edita el carlismo son calendarios murales, de pared, que aparecen en el año 1932 para reafirmar en el interior de los hogares la apuesta tradicionalista frente a los valores que representaba la proclamación de la II República Española.

Y, también salvo sorpresa, el primer calendario de bolsillo que se edita por parte del carlismo lo vemos en el año 1951 de la mano del rotativo carlista “El Pensamiento Navarro”, quien no vuelve a editar otro hasta el año 1959. Es en 1956 desde cuando de forma ininterrumpida se empiezan a editar calendarios carlistas; desde ese año hasta la actualidad nunca han dejado de editarse, reflejando ellos a su vez los avatares políticos que vive el carlismo desde entonces. Aquellos dos primeros calendarios, de 1951 y 1956, aún siendo de bolsillo, eran de un tamaño superior a la mayoría de los que se han editado posteriormente, todavía no se había consolidado el formato tradicional.



Por otro lado a nadie se le escapa que el coleccionismo de calendarios de bolsillo goza de muy buena salud; los más osados se dedican a coleccionar todo tipo de calendarios, siempre que sean de bolsillo; otros, mucho más comedidos, delimitan su colección de almanaques de tal forma que los hay que solo coleccionan calendarios de coches, de equipos de fútbol, de tauromaquia, de determinadas marcas o entidades, eróticos, militares, de barcos, religiosos, etc. Y una de las opciones es la de coleccionar calendarios carlistas, como la que aquí mostramos hoy.

Nos guste o no nos guste, es una realidad que el carlismo vende, y cuando decimos “vende” estamos hablando desde el punto de vista del coleccionismo. A nivel político su realidad es la que es. Y el coleccionismo de calendarios de bolsillo de temática carlista tiene su público, no excesivo, pero muy entregado; un público que con frecuencia exhibe sus trofeos a través de blogs o de las habituales redes sociales. Basta con ver la rapidez con la que se vende en Internet cualquier producto novedoso sobre este tema.



Y la colección que aquí presentamos hoy es una de las muchas que existen de calendarios carlistas, propiedad de Fernando Hualde, quien a su vez es poseedor de una amplísima colección de documentos políticos de todos los ámbitos ideológicos. Por lo demás, esta colección de calendarios de temática carlista no sabemos si es, o no, la más numerosa de cuantas existen (los que entienden de esto dicen que sí), pero como mínimo que hay que reconocerle que es una de las más importantes de cuantas se conocen; y en ella quedan incluidas todas las facciones y tendencias del carlismo, por más que a todos ellos no les guste verse entremezclados.



No es fácil hacer una colección de estas características. Hay que decirlo con claridad, una buena colección de calendarios políticos solo es fácil si estás militantemente dentro. Y en este caso concreto, además de no ser así, se da la curiosa circunstancia de que bajo el paraguas del apellido carlista se cobijan grupos y colectivos de variados, incluso opuestos, ámbitos ideológicos. Por lo tanto, la dificultad para construir una colección de estas características es especialmente grande.



A esto hay que añadir que las nuevas técnicas de impresión permiten realizar tiradas muy reducidas de calendarios, en algunos casos para ámbitos familiares o a nivel de pequeños grupos, con la consiguiente dificultad de detectarlos y de conseguirlos. No faltan tampoco calendarios carlistas que simplemente son fotocopias a color plastificadas. Todo cuenta, si sirve para saber en qué día vivimos, pero obviamente la dificultad para conseguir esos ejemplares es grande, cada vez mayor, y casi insalvable si no estás en ese mundillo.

Y justo es decir que, frente a esos modelos mediocres, existen grupos de calendarios carlistas de gran calidad, de diseños muy cuidados, que configuran colecciones muy atractivas, y que hacen las delicias de los coleccionistas. Brillan con luz propia los del Partido Carlista, los del Partido Carlista de Cataluña, los de la Comunión Tradicionalista Carlista, o la amplia serie antecesora de estos últimos, por citar algunos ejemplos de los más destacados.



Unos y otros, y de las diferentes tendencias ideológicas, se dan cita en esta colección que aquí presentamos. Es el momento de darla a conocer, y lo hacemos para disfrute y deleite de quienes los calendarios de bolsillo, o el carlismo, o ambas cosas conjuntas, les dice algo.